Leche de fórmula

La leche de fórmula es un producto diseñado para imitar las propiedades nutricionales de la leche materna. Es una alternativa a la lactancia materna para aquellos bebés cuyas madres no pueden o no quieren amamantar.

Si habéis decidido alimentar a vuestro bebé con leche de fórmula sigue leyendo, porque te contamos todo lo que debes saber sobre este tipo de leche para que puedas elegir la mejor para tu bebé. ¡Desliza!

Qué es la leche de fórmula

En algunas situaciones, los recién nacidos no pueden ser alimentados con la leche materna, por lo que necesitan una formulación que proporcione las mismas propiedades nutritivas que la leche materna. Estos tipos de productos lácteos reciben el nombre de leches de sustitución, fórmula o artificial.

La leche de fórmula se compone de variedades de hidratos de carbono, lípidos y proteínas, así como otros componentes nutricionales que contribuyen a un correcto desarrollo del bebé.

En general, está constituida por una mezcla de los componentes anteriormente mencionados, así como aquellos de la leche materna, como son los prebióticos, los probióticos y las vitaminas y minerales esenciales para la nutrición del bebé.

Los componentes de una leche de fórmula son esenciales para proporcionar la energía necesaria para los procesos metabólicos, que permitirán el correcto crecimiento, desarrollo y rendimiento del bebé.

La OMS y la Asociación Española de Pediatría recomiendan abiertamente el consumo de leche materna en lugar de la leche de sustitución cuando no existen inconvenientes para alimentarse con este método.

Tipos de leche de fórmula

Existen diversas clases de leche de fórmula diseñadas para satisfacer a bebés de distintas etapas de su crecimiento:

1. Leche de fórmula de iniciación: Es la leche para recién nacidos que se recomienda como única fuente de nutrición hasta los seis primeros meses de vida. Esta variedad está especialmente formulada para asemejarse lo más posible a la leche materna en cuanto a nutrientes.
2. Leche de  fórmula de continuación: Es la leche para continuar a partir del sexto mes que se puede suministrar junto con otros alimentos. Se recomienda seguir administrándola según las directrices de la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición (Espghan) hasta los tres años de edad, ya que es más nutritiva que la leche de vaca.
3. La leche de fórmula de crecimiento: Es una leche que no se recomienda, ya que muchos especialistas en nutrición la consideran innecesaria para la alimentación de un niño. Esta leche de fórmula está indicada para bebés desde los 12 meses hasta los 36, pero sin duda la leche de vaca sin modificar ya es tolerable para los más pequeños. Esta leche de fórmula 3 contiene una mayor cantidad de azúcares libres, menos grasas y menos proteínas. El alto y excesivo contenido de azúcar adicional no es recomendado por la OMS, por lo que preferiblemente se abandona su uso.
4. Leche de fórmula especial: Se recomienda para aquellos bebés que padecen alguna afección o enfermedad digestiva (ej. diarrea, vómitos, dermatitis) con atributos peculiares. Además, existen formulaciones especiales para recién nacidos prematuros con un contenido nutritivo considerable.

Cómo elegir la leche de fórmula

1. Formato de la leche de fórmula. La leche de fórmula está disponible en varios formatos: lista para ofrecer, concentrada o en polvo. Por lo general, la leche lista para servir es más práctica, pero costosa, frente a la alternativa más barata, la leche concentrada o en polvo, que precisa una preparación previa.
2. Contenido de vitaminas y minerales. La mayoría de las leches de fórmula contienen múltiples nutrientes como hierro, calcio y vitaminas C y D, pero es importante verificar el resto de sus componentes. Normalmente, aquellas leches que son más ricas en vitaminas y minerales son mucho más completas. Si tu bebé presenta una carencia específica en su dieta, necesitarás buscar una leche mejorada con ese nutriente.
3. Aporte de proteínas. Es importante fijarse en el contenido proteico de la leche de fórmula al elegir la mejor para el menor. Lo recomendable es que, durante el primer año, contenga 0,9 a 1 gramos de proteína por cada 100 ml, una cantidad similar a la aportada por la leche materna. No obstante, según los requerimientos del pequeño se puede variar.
4. Índice de grasas. Al elegir la leche de fórmula adecuada para nuestro bebé, se debe tener en cuenta la cantidad y el tipo de grasa vegetal usada en su preparación. Es recomendable que la cantidad de grasa aportada en cada 100 ml sea similar a la energía presente en la leche materna, alrededor de 3,8 gramos.
5. Tipo de hidratos de carbono. A menos que tu bebé sea intolerante a la lactosa, debes procurar encontrar leche de fórmula con este hidrato de carbono como principal fuente de energía para su desarrollo saludable. Se trata de alcanzar lo más cercano a lo que aporta la leche materna y es por eso que los carbohidratos naturales son la mejor opción.

Ventajas y desventajas de la leche de fórmula

Entre sus ventajas podemos destacar:

• Menos tomas: Los bebés alimentados con biberones de leche artificial generalmente no requieren ser alimentados con tanta frecuencia como los que reciben lactancia materna.
• Sin necesidad de dietas: Durante el periodo de lactancia, la madre no tiene restricciones a la hora de seguir su propia dieta como sucede con la lactancia materna.
• Comodidad y flexibilidad: Algunas madres experimentan molestias al amamantar a sus bebés, por lo que la alimentación con biberón puede ayudar a aliviar la incómoda situación. Con el biberón, tanto la mamá como el papá pueden proporcionar comida al bebé, sin necesidad de comprometer la presencia constante de la madre para alimentarlo.

Y entre sus desventajas nos encontramos con:

• El coste: La leche artificial tiene un coste elevado, mientras que la leche materna es gratuita.
• Más gases y posibilidad de estreñimiento: Las heces de los bebés alimentados con leche artificial a menudo son más duras que las de los niños alimentados con leche materna.
• Falta de nutrientes y anticuerpos: La leche de sustitución no contiene los mismos nutrientes que la leche materna, siendo imposible suplementarlos artificialmente. Asimismo, carece de los anticuerpos de la leche materna, lo que incrementa el riesgo de infecciones y otras enfermedades para el bebé.

Hasta cuándo puede tomar el bebé leche de fórmula

En 2007, el Comité de Nutrición de la AEP recomendaba mantener el uso de la leche materna o una fórmula adaptada de continuación hasta los dos años de edad. Sin embargo, una publicación de 2013 de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria indicó que las fórmulas de tipo 3 no proporcionan una cantidad de nutrientes superior a los obtenidos a partir de una alimentación sana y natural. Además, advirtió que estas fórmulas podrían contener distintos componentes indeseados, como la excesiva ingesta de azúcares, lo que aumentaría el riesgo de obesidad. En este contexto, no hay una postura consensuada.

Los profesionales sanitarios comentan que el tema es bastante controvertido. Sin embargo, todos están de acuerdo en que a partir del año de vida los niños pueden recibir leche de vaca y beneficiarse de sus propiedades.

Cómo preparar leche de fórmula

Sigue estas instrucciones para asegurar una alimentación saludable y prevenir enfermedades asociadas a los alimentos:

1. Verifica la fecha de caducidad: Examina el embalaje de la leche en busca de la fecha límite de uso o la indicación «utilizar antes». Si la fórmula ha superado su fecha de vencimiento, no puedes estar seguro de su calidad. No compres ni utilices ninguna leche para bebés vencida.
2. Lávate las manos: Antes de preparar la fórmula, límpiate las manos con agua y jabón. Pasa una buena toalla para secarlas. Asegúrate de que el espacio donde vas a preparar la mezcla esté desinfectado.
3. Prepara el biberón: Esterilizar los biberones, tetinas, tapas y anillos antes de usarlos por primera vez es una buena práctica. Calentar el biberón y los componentes en agua durante cinco minutos, emplear un empaque esterilizador para microondas o adquirir un esterilizador eléctrico de vapor son algunas opciones. Después del primer uso, no siempre es necesario desinfectar estos utensilios. En lugar de eso, limpiar con agua caliente y jabón, junto con un cepillo de limpieza para biberones y tetinas. También se puede utilizar el lavaplatos. No obstante, si tu hijo es menor de 3 meses, nació prematuramente o su sistema inmune se encuentra comprometido, es apropiado desinfectar los utensilios para darle de comer.
4. Añade el agua caliente y la leche de fórmula: Determina la cantidad de leche de fórmula que desees preparar según las instrucciones del envase. Agrega la proporción de agua previamente calentada a un biberón limpio. Utiliza la cuchara incluida en el paquete de leche de fórmula para incorporar la cantidad necesaria de polvo a tu bebida. Coloca la tetina y la tapa a tu biberón y mezcla. Comprueba la temperatura del biberón antes de dársela a tu bebé poniéndote unas gotas en el dorso de la mano.

Cuánto dura leche de fórmula ya preparada

La mezcla infantil preparada puede deteriorarse si se deja a temperatura ambiente. Debes utilizar la preparación dentro de las dos horas de haberla hecho y dentro de una hora desde que comienzas a dársela a tu peque.
Si no se la vas a dar antes de las dos horas, almacénela directamente en el refrigerador y consumirla antes de 24 horas.

Desecha el resto de la mezcla tras haber alimentado a tu bebé porque la mezcla de leche y saliva podría propiciar el crecimiento de bacterias.

Leche de fórmula en mal estado

Es fundamental que verifiquemos la frescura y calidad de la leche antes de ofrecerla a nuestro bebé para evitar poner en peligro la salud a causa de una posible intoxicación. Te explicamos cómo determinar si la leche de fórmula está en condiciones apropiadas o no:

1. Huélela antes: El olfato es normalmente uno de nuestros compañeros principales cuando se trata de determinar si un alimento se encuentra en una condición adecuada para ser utilizado. Cuando la leche está bien almacenada, uno no debería notar ningún aroma en particular más que el olor a leche normal. Cuando la leche está en malas condiciones suele tener un olor desapacible y algo ácido. Esta técnica también se emplea comúnmente para verificar si la carne ha caducado, así como otros alimentos.
2. Observa su consistencia: Te aconsejamos que viertas una pequeña cantidad de leche en una taza de cristal y observes si su consistencia es suave y sin grumos.
3. Analiza su color: La leche que es apta para su consumo tiene una apariencia completamente blanca. Pero cuando se encuentra cortada o no es la óptima, normalmente muestra un tono amarillento o una sombra más oscura en la superficie.
4. Comprueba la fecha de caducidad: Antes de preparar la leche de fórmula, lo más aconsejable es verificar siempre su fecha de vencimiento. Incluso los especialistas en alimentación sugieren no tomar la leche si está a menos de tres días de su plazo de validez, y especialmente si el envase de leche ha sido abierto previamente.

Esperamos que esta información te sea de utilidad y si tienes alguna pregunta no dudes en ponerte en contacto con nosotros a través de nuestro chat o por teléfono, estaremos encantados de atenderte.